jueves, 1 de mayo de 2014

Caidos Del Mapa 1 Capitulo 1

 Caidos del Mapa
                                                                   
Ilustracion: Caloi


CAPITULO 1

  _ Fabian ya tiene la llave del sótano - le dijo Graciela a Paula mientras buscaba en su mochila la carpeta de lengua.
 _ ¿Que llave? 
 _ La del sótano, nena.
Paula sintió un escalofrió que le subió desde el dedo gordo hasta la punta de la trenza . Se puso colorada. ¡Siempre le pasaba lo mismo! Le pareció que todos los chicos la miraban, que a maestra la miraba, que la directora también la miraba a través de las paredes. Estaba segura de que todos habían escuchado lo de la llave y que estaban esperando una buena explicación.
 _ ¿Para que sirve la llave, Paula? - pregunto la maestra que estaba haciendo un análisis sintáctico en el pizarron. Todo estaba perdido: había escuchado.
_ Yo no fui, seño, fue... - se apuro a decir.
La interrumpió una carcajada general.
 _ La llave que dibuje en el pizarron, ¿para que sirve? -repitió la maestra.
 _ ¡Ah! Yo creí que usted hablaba de la llave... - ahora la interrumpió una patada de Graciela- .La llave sirve para marcar el sujeto.
 _ Bien, Paula. A ver si se despierta, m'hijita.
 _ ¡Imbécil! Casi lo arruinas todo -susurro Graciela.
 _ Es que estaba pensando en el sótano. Gra... nos van a pescar.
 _ No nos van a pescar nada y nos vamos a re-divertir, córtala.
 _ ¿No lo podemos dejar para el año que viene?
 _ ¿Sos idiota? ¡Mira si vamos a venirnos del secundario a ratearnos al sótano de esta escuela!
Graciela odiaba a Paula cuando se ponía nerviosa y tonta. Hasta pensó en dejarla fuera del plan. Pero Paula era su mejor amiga desde primero... Y ademas, cuando se le pasaba el miedo, hasta era divertida... Y ademas, ella no iba a ir sola con los dos chicos para que la verdugueen todo el tiempo... Y ademas, ella también tenia un miedo bárbaro mezclado con unas ganas barbaras de ir. No era cuestión de achicarse ahora y tener que bancarse el gaste de Fabian y de Fede.
Graciela tenia cosquillas en el estomago. Faltaban años para que llegue el día siguiente, les iba a decir a los chicos que fueran esta tarde a su casa para planear todo. No, mejor a casa de Fede, que seguro que la madre no estaba. No, a la casa de Fede tampoco, porque a Paula no la iban a dejar. Mejor reunirse en la plaza. La plaza era el lugar mas seguro. Rompió una hoja borrador y escribió: "Esta tarde a las cinco nos encontramos en la placita" No la firmo por si alguien la leía, y se la paso a Paula.
 _ ¿No iba a ser mañana? - le pregunto Paula después de leerla.
 _ Hoy es para organizarlo todo, pásala.
 _ ¿Organizar que?
 _ ¡Pásala!
 _ ¿A Fabian? -volvió a preguntarle Paula.
 _ No, a la maestra - se burlo Graciela.
Decididamente hoy Paula estaba tonta. Graciela le saco la nota, se estiro por detrás de Paula y le paso el papelito a Fabian por debajo del banco. Espero de reojo la respuesta de un okey que llego enseguida. Listo. ¡Uy!... no había copiado nada de  lo que había en el pizarron, ¡y Paula tampoco! Empezó a escribir a mil.
   De repente le cayo un bollito de papel sobre la hoja. Lo abrió. Era el mismo papel que ella había mandado y traía la respuesta: "Voy a estar ahi a las cinco en punto. Gracias por invitarme".
     Miro a Fabian para decirle que había recibido la respuesta, pero Fabian estaba copiando. Miro a Fede, pero Fede estaba leyendo una revista. ¿Quien había mandado esa nota? Todos los chicos estaban haciendo el ejercicio, o haciendo que hacían el ejercicio. Escucho una risita atrás suyo. Se dio vuelta y ahí estaba Miriam, saludándola con esa horrible mano regordeta de uñas comidas.
 ¿Como diablos había hecho para agarrar el papel? ¿Como sabia que ella lo había escrito? Seguro que la había visto cuando lo pasaba. Siempre estaba con las antenas paradas para enterarse de todo.
   Tenían que cambiar de lugar: plan que Miriam descubría era plan arruinado. Pero mejor lo arreglaban en la salida, ¡y que Miriam fuera a la plaza si quería! Por lo pronto, ya estaba enterada de que tramaban algo. ¿Sabia quienes? ¿Sabia que? Lo único seguro, era que intentaría enterarse de todo. Sono el timbre de salida. Graciela guardo todo en la mochila y se acerco al banco de los chicos.
 _ En la plaza no se puede -les dijo- Se entero Miriam.
 _ ¿Miriam? -Fabian no lo podía creer- ¿Como hizo la gorda para leer el papel?
 _ ¿Como hizo? ¿Como hizo? Lo leyó -Fede estaba furioso- .Lo leyó porque ustedes son dos salames que se andan pasando papelitos delante de ella .
 _ ¡Pero yo me lo guarde en el bolsillo! -se defendió Fabian-. ¿Que tiene Miriam, rayos láser?
 _ No, ella no tiene rayos láser, vos tenes bolsillo agujereado, gil -le contesto Federico.
 _ Bueno, paren. Lo que es seguro es que hay que cambiar de lugar -dijo Graciela.
 _ Podemos reunirnos en casa -propuso Fabian.
 _ ¿Para que vamos a ir a tu casa...? -sonó la vocecita chillona de Miriam en sus orejas.
 _ Para matar a una gorda metida, ¿queres venir? -le contesto Fede.
 _ ¡Tarado!
Y con esa respuesta, Miriam se fue a formar, ofendida, pero con la oreja atenta a pescar en que andaban sus compañeros.
  El encuentro de esa tarde estaba resuelto: a las cinco en la casa de Fabian. Se despidieron en la puerta después de recomendarse mil veces que nadie hablara del asunto ni con el espejo.